Médicos asturianos logran reducir los casos más graves de coronavirus.

La batalla contra el coronavirus se libra en varios frentes: UCI, plantas de hospitalización, centros de salud, farmacias y hasta en los propios hogares. Además, cientos de laboratorios trabajan incansablemente en la obtención de una vacuna o un tratamiento certero, algo que a buen seguro no estará disponible hasta 2021. En el mundo hay más de 700 equipos que buscan una cura o algo que alivie los terribles efectos del COVID. 200 están en Europa, 150 en Estados Unidos y otro centenar, en China. Pero en esta carrera contrarreloj hay también otro aliado: el tiempo. O mejor dicho, el paso del tiempo que está permitiendo conocer mejor a este virus que ha puesto a la Humanidad contra las cuerdas y que va camino de llegar a los 200.000 muertos en el planeta, 22.000, en España.

«Cuanto más sepamos del COVID-19 mejor podremos atacarlo. Desde que se declaró el primer caso en Asturias el 29 de febrero apenas han pasado cinco semanas pero a nosotros nos han parecido cinco meses», resume Álvaro González Franco, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde han sido atendidos más de 620 pacientes.

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